El segundo día, la capital madrileña, estuvo rebosante de moda. El sábadi fue de los días, en la que los diseñadores más destacados internacionalmente, desfilaron por la pasarela Cibeles y en la pasarela de la sala Lancia.
Como no podía ser de otra manera, Victorio & Lucchino ha abierto la segunda jornada de la Cibeles Madrid Fashion Week a ritmo de Flamenco...
Vestidos de cóctel, hasta la rodilla, con algún que otro volante, provando la autenticidaz española. Luego vestidos con vuelo, de gasa, y con medias, para un invierno que viene cargado de colores berengenas.
Modelos con pelo corto y recogidos, con estilo natural, y maquillaje simplemente destacado con carmín rojo.
Y a las tres de la tarde, del pasado sábado 19, se abría la pasarela, para una de mis diseñadoras favoritas AA de Amaya Arzuaga.
Proponía faldas de talle alto y anchas, que con una chaqueta estallada de cuero arriba combina a la perfección, un look de lo más otoñal.
Amaya Arzuaga nos presenta un abrigo muy invernal, en colores camel, con telas, con cuello alto.Y lo zapatos, negros con plataforma, con lazo grueso en el tobillo.
Falda color camel, con forma en punta en los laterales y con cierta pinza, que hacen que esta minifalda se convierta en una falda con algo más de cuerpo. Camisa negra, sin mangas con hombreras pronuncidas.
Otra de las propuestas de la mañana ha continuado con colores sobrios como el negro, que ha abierto un desfile que ofrece una visión elegante, sofisticada y romántica de la mujer Hannibal Laguna. En la línea de sus colecciones de fiesta, el diseñador ha presentado "Hit", donde el vestido joya, en tejidos costosos y metalizados. sigue siendo el protagonista.
Cortes simétricos, juegos de patrones y una costura clásica, sobre lanas y terciopelos, con manga francesa que se completa con guantes al estilo Hilda y joyas XXL. El terciopelo también es la base de unos zapatos en los que la plataforma y los apliques dorados completan el look
La paleta cromática se mueve entre el camel, negro, verde óxido, oro líquido, crema y nude.
La banda sonora, con reminiscencias de las películas de 007, acompañaba unas salidas en las que las siluetas se esculpen con prendas entalladas y largos hasta la rodilla, en su mayor parte; tejidos suntuosos salpicados de bordados metálicos, plisados, jirones hilvanados. El toque de luz, además del metalizado, lo ponen los cristales de cuarzo y las pepitas de oro sobre redes de seda.
Al Berlín de la Posguerra se remonta Roberto Torretta para desarrollar una colección vigorosa y sólida. Inspirados en la sastrería masculina aparecen trajes que se ajustan en sus cinturas, pantalones de patrones clásicos y blazers convertidos en vestidos.
Sin renunciar a la sensualidad voluptuosa, seña de la casa, Torretta crea una serie de largos vestidos en punto y satén brillante con torso drapeado que reclaman la supremacía del negro total. Con pinceladas de los ochenta se completa la colección que recurre a los hombros armados y a los efectos metálicos a base de lentejuelas en camisas y vestidos.
La paleta militar de los caquis y camel compiten por la hegemonía cromática con el negro. Cierran el apartado del color leves apuntes de celestes, rosas y naranjas apagados.
Un blog en el cual haré entradas principalmente ligadas con el mundo de la moda. Seguramente también incluya pensamientos y tal vez escriba sobre algún tema, para expresar mi opinión y también quiero escuchar la vuestra. Me imagino que muchas de las entradas, vayan acompañadas de canciones o vídeos.
Seguimos con los mismos problemas que cuando teníamos 15 años. Por mucho que crezcamos y nos hagamos mayores, seguimos tropenzando.
Siempre dudando. Eternamente jóvenes...
Siempre dudando. Eternamente jóvenes...
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